La escuela es un lugar óptimo para el desarrollo. Es donde la mayoría de los niños y niñas pasan un tiempo importante del día y donde la familia deposita la confianza de compartir la crianza. Se presentan muchas oportunidades de relacionarse con otros, de comunicarse, de jugar y de aprender normas de convivencia. Trabajamos con los niños y niñas en la escuela porque se trata de un contexto natural, y así se favorecen los aprendizajes. Cada situación sirve para enseñar algo, y a la vez lo que se aprende tiene sentido y es funcional: pedir algo a un compañero, a una profesora o a la cocinera, buscar compañeros para jugar en el patio, aprender a jugar, respetar turnos, pedir materiales para realizar algún trabajo, aprender a estar sentados en clase, hacer trabajos, etc. Son situaciones que en otros contextos no se dan y las situaciones artificiales no poseen la misma fuerza de aprendizaje, por lo que el sentido es apoyarlas en la escuela, ya que permanece en su contexto y el aprendizaje es significativo. Además, se establece una comunicación directa entre los profesionales de la escuela y los profesionales de la asociación, haciendo un verdadero equipo y entre todos se crea una situación ajustada a sus necesidades, el diálogo entre escuela-familia-profesionales es más fluido y esto beneficia al niño o niña y a las personas de su alrededor.
La Asociación ha recibido en el año 2006 el 1º premio de Buenas Prácticas, otorgado por la Universidad Autónoma de Madrid, por el trabajo realizado junto a la Escuela Infantil Magos: “Aprendiendo con Luis”, sobre la inclusión y las adaptaciones realizadas, durante 4 años, en torno a los Sistemas Alternativos de Comunicación y el trabajo de Interacción Social con iguales.