Autor: Edith Henderson Grotberg
Editorial: Gedisa
Hoy en día vivimos sometidos a un número cada vez más creciente de situaciones y acontecimientos estresantes y traumáticos que nos impiden vivir en condiciones de bienestar y felicidad. Sin embargo, no estamos indefensos. La resiliencia es la capacidad humana para resistir y afrontar ese bombardeo incesante de eventos que nos causan sufrimiento, de tal forma que la experiencia nos fortalece, adquirimos mayor confianza en nuestras habilidades y nos volvemos más sensibles a los padecimientos que otras personas estén experimentando, así como más hábiles para generar cambios y minimizar o erradicar las fuentes originarias del estrés o el trauma.
Quienes se han dedicado a su estudio proponen la existencia de varios factores de resiliencia, que agrupan en tres categorías: lo que tengo (apoyos externos de familiares y amigos, modelos de conducta o servicios institucionales de protección social); lo que soy (apoyos internos extraídos de los elementos positivos de nuestro carácter, por ejemplo, la serenidad de ánimo, la responsabilidad, el humor o el altruismo), y lo que puedo hacer (esto es, la habilidad para interactuar con los demás y resolver problemas comunes).