Entendemos por Habilidades Sociales «todas aquellas conductas necesarias para estar acertado en presencia de otros o para afectar la conducta de los demás» (Olley y Stevenson, 1989). Desde el nacimiento, vamos creando y dando forma a todo ese conjunto de herramientas que nos van a permitir desenvolvernos de forma óptima con los demás, relacionarnos de manera eficaz y estrechar lazos con las personas cercanas.
Mucho antes de empezar a hablar, en las primeras interacciones, los bebés comienzan esta andadura, gracias al contagio emocional que les permite empatizar con sus personas de referencia, a imitar modelos cercanos, a disfrutar con los juegos circulares para aprender las contingencias de una relación, iniciando la toma de turnos que les ayuda a anticipar y tener en cuenta las acciones del otro, que enseña a demorar el deseo, uno de los pilares de la construcción emocional conjunta y base de la relación, tomando conciencia de los otros.
Todos estos aprendizajes van a permitir avanzar en nuestro desarrollo social, y a medida que crecemos y compartimos actividades en diferentes entornos, con otras personas, tendremos la oportunidad de adquirir habilidades más complejas que nos ayudarán a construir y negociar intereses mutuos; para permitir que todo este desarrollo vital emerja, y aquí el adulto debe ser relevante, no solo ejerciendo de guía, con un papel activo, mediando, facilitando esos hitos evolutivos y animando para la consecución de una buena empatía, sino que debe de servir de modelo positivo de interacción social con sus propias actuaciones.
Entre las habilidades sociales más relevantes a desarrollar en grupo, se encuentran algunas herramientas de interacción social para conseguir relaciones positivas: -Tolerar la frustración y autorregularse: para ser capaces de controlarnos en situaciones conflictivas o que supongan un contratiempo en el día a día, como la demora de los deseos, la sensación de hambre o sueño, cuando las cosas no salen como se espera o cuando queremos conseguir algo de otra persona. -Saber ceder y opinar sobre los deseos propios: es importante tener claras nuestras preferencias y poder expresarlas, pero necesitamos aprender que existen circunstancias en las que debemos ser flexibles, dejarnos guiar y aceptar los límites y normas del grupo, defendiendo nuestras propias opiniones a la vez que tenemos en cuenta los intereses de los demás, lo que piensan y desean, sabiendo escuchar y respetando lo que dicen. -Pedir-ofrecer ayuda: dar y demandar ayuda, siempre que sea necesario, está en la base del entendimiento mutuo y es muy importante para el desarrollo de la empatía. -Tomar decisiones propias y colaborar con otros: saber elegir entre diferentes opciones y tomar la iniciativa para pasar a la acción son fundamentales en el día a día, aunque igual de importante es aceptar las decisiones de los demás y anteponerlas a las nuestras cuando sea oportuno, aunando esfuerzos hacia un objetivo común. |
A continuación os dejamos documentos y recursos para trabajar:
JAHS: Jugando Aprendemos Habilidades Sociales
Técnicas de regulación emocional y negociación
Sugerencias de actividades para el Club de Juegos